Conexión Argelia



Max descansaba medio dormido en el jardín de su espléndida casa de Barcelona, cuando de pronto le despertó el sonido de su móvil. Aina le acercó el teléfono diciéndole que era Aarón.

— ¿Qué tal estás, Max? Necesito que me hagas un favor.

Aarón siempre había sido muy directo y no perdía el tiempo en preámbulos. Se habían conocido hacía muchos años y con el tiempo habían forjado una gran amistad, amistad de espías, pero amistad al fin y al cabo. Aarón era el jefe del espionaje israelí y dirigía el Mosad desde hacía doce años.

* Para leer el relato entero, contáctame.

Escribir, escribir, solo por el placer de explicarte una historia. 
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