Conexión Catalunya



Un soleado día del mes de Junio, Ania y Max se relajaban en el jardín de su casa de Barcelona tomando el sol plácidamente. Era la hora del aperitivo y Ania había preparado unos martinis.

Max estaba preocupado, pensaba en su amigo Aarón. Procuraba recuperarse de su decepción de la amistad y del comportamiento del ser humano en general después de su última misión juntos en Argel. No podía entender que, pese a las reflexiones y argumentos que había repetido incansablemente a Aarón, su actitud fuera inflexible y no quisiera ceder a toda la humanidad el uso de la energía alternativa de la piedra de la luz.

* Para leer el relato entero, contáctame.

Escribir, escribir, solo por el placer de explicarte una historia. 
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