Conexión Tokio
Solo hacía unas semanas que Max había vuelto a su apartamento en Estambul. En Rosario había satisfecho su venganza: liquidó a Hans y también, aunque sin querer, mató a Irina, la mujer a quien amaba.Obsesivamente, Max se repetía las últimas palabras de Hans antes de morir, antes de recibir sus cuatro balazos en el corazón:-Ana me quería a mí. A ti ya te había olvidado. Estaba harta de tus esquizofrenias, de tu falta de carácter. ¿Quién eres tú? ¿Eres Max? ¿Eres Sombra Larga? ¿Eres Eric? Ni siquiera sabes quién eres. Solo la decepcionabas. Ella te odiaba porque también asesinaste a su hermana gemela. Cuando amas, matas. ¡Qué ser tan despreciable! Tú la mataste. A Ana, a mi Ana. Tu amor es muerte. ¡Maldito necio!
* Para leer el relato entero, contáctame.

Escribir, escribir, solo por el placer de explicarte una historia.
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